martes, 1 de julio de 2008

Calla el violín de don Ángel Tavira

Su rostro curtido por el sol de Tierra Caliente salió del anonimato visual cuando apareció en la película El violín, dirigida por Francisco Vargas, pero su música ya tenía pasado y, sobre todo, el reconocimiento de quienes hurgan los caminos olvidados de la música popular e indígena. Don Ángel Tavira fue uno de esos creadores que se hicieron en el campo, lejos de las escuelas de música: empezó a tocar el violín a los seis años, gracias a la influencia de su abuelo, J. Bartolo Tavira, quien también fue un músico destacado de esa región guerrerense. Desde temprana edad destacó como intérprete, al grado que no perdió sus dotes ni con la pérdida de su mano derecha en un accidente, a los 13 años. Nacido el 3 de julio de 1924, en Corralfalso, Guerrero; cuando cumplió 60 años se inscribió en el Conservatorio de Música de Morelia, Michoacán, con el propósito de aprender a transcribir partituras a fin de salvar del olvido a la música calentana. Director del grupo Hermanos Tavira Banda, ensamble preocupado por rescatar y preservar la música tradicional de Guerrero, don Ángel jamás dejó de lado su labor en el campo, que combinó con su pasión por la música y, en especial, con la transmisión de sus tradiciones.

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